¿CUAL IDEOLOGÍA?
Quienes somos de la gloriosa generación
X y anteriores fuimos testigos del surgimiento de personas ideologizadas en el
absurdo. Fuimos parte del fin del priísmo pos revolucionario y antisocialista,
que dio paso al priísmo conservador y tecnócrata que culminó con la fundación
del Estado neoliberal basado en un exceso del principio «laissez faire, laissez
passer» como piedra angular del
libre mercado.
Hicimos compras con monedas verdaderas, de
plata incluso, y con billetes de verdad, que todavía valían para adquirir
bienes. Aún con el gran dispendio y el excesivo gasto de recursos públicos a
manos del politburo de entonces. Hoy, mis hijos están coleccionando esas
monedas porque ya se percataron que en mercado libre son muy cotizadas, lo que
demuestra la terrible devaluación que hemos sufrido en 50 años.
Fuimos testigos presenciales de esa devaluación
al final de López Portillo, de De la Madrid, del binomio Salinas-Zedillo, de la
masacre de país que nos dejó el panismo con Fox y Calderon, y ya del gobierno
de Peña, que avergüenza a cualquiera mejor ni hablamos.
Hoy, estamos en el arranque del segundo tiempo
del partido que juega la alianza entre Morena, Verde y PT, cuya primera parte
la representó López Obrador, y en está segunda, nos representa la primera
presidenta de México.
Muchas cosas han caminado y en algunas podremos
no coincidir todos como es el caso de la elección de jueces de entre chamacos
que con un mediocre ocho de promedio van a poder decir el derecho sobre
nuestros bienes, familia o libertad: lo que después de haber estudiado una
licenciatura, dos especialidades, dos maestrías y un doctorado en Derecho, me
parece catastrófico.
Sin embargo, existe una constante en la
historia política de México. Una figura que no cambia y que se sitúa como el
motor de los tres regímenes que nos han gobernado. Y que se define como
“ideología”.
Con el priato, el panismo y la cuarta
transformación, hemos escuchado como sustento de las decisiones: el poder
del pueblo. Un pueblo que se aglomera, que aplaude y abarrota las casillas
electorales sin importar el rumbo que se puede tomar como país. Un pueblo que sostiene gobiernos y tendencias
políticas que muchas veces no alcanza a comprender del todo desde hace más de
50 años.
Por ello, me di a la tarea de
buscar críticas filosóficas que me dieran un poco de luz respecto del concepto
de ideología política y me encontré con una obra maravillosa de uno de mis
autores favoritos, “El sublime objeto de la ideología” de Slavoj
Zizek, editada por Siglo XXI en el año 2022
En
dicha obra, Zizek retoma a diversos autores como Marx,
Sloterdijk, Lacan y Hegel, entre
otros. De dicha obra rescato diversas tesis que me parecen trascendentales para
comprender la realidad de lo que pasa con los electores de nuestro pueblo. Cito
la primera: “la
ideología no es simplemente una falsa conciencia, una representación ilusoria
de la realidad, es más bien esta realidad, a la que ya se ha de conseguir como
ideológica-ideológica es una realidad social, cuya existencia implica el no
conocimiento de sus participantes en lo que se refiere a su esencia-, es decir,
la efectividad social, cuya misma reproducción implica que los individuos no
sepan lo que están haciendo.” Marx es más sencillo en su descripción y solamente dice
en “El Capital” que en la ideología “ellos no saben, pero lo hacen”.
Cerraría este párrafo como Condorito: con un “Ploop”.
Esta tesis derivada del
propio marxismo, nos indica que efectivamente, las masas no saben en realidad
qué es proyecto que se persigue como nación. Como no lo supieron con el priato,
el panismo y actualmente tampoco, pero son capaces de defender esa
ideología en las urnas si es necesario, como ha pasado en más 50 años que se
cambia de rumbo para llegar hacia ninguna parte como dicen las letras de
Fernando Delgadillo.
Pero, por otro lado, quienes
forman parte de nomenkltura de turno, según Zizek, llegan a
experimentar una ideología basada en la teoría del cinismo, que fue explicada por
Sloterdijk de la siguiente manera: “En la crítica de la razón cínica uno de
los libros más vendidos en Alemania, Peter Sloterdijk expone la tesis de qué el
modo de funcionamiento dominante de la etiología es cínico,(…) la fórmula como
la propone, sería entonces: ellos saben muy bien lo que hacen, pero aún así, lo
hacen”.
Lo que a mí parecer, es una descripción más bien siniestra, si tomamos como
base la historia política de México.
Tal como describen esta
situación los filósofos modernos, creo que la única alternativa viable para
salir de este loop de repeticiones interminables, es que algún día tengamos una
verdadera valoración de la educación como herramienta fundamental para el
crecimiento de México. Si logramos poner a la educación en todos sus niveles
como una prioridad superior a la de los trenes, elecciones de jueces o las
fuerzas armadas, seguramente podremos situarnos en la antesala de un país de
emprendedores que poco a poco lea más, que sea menos manipulable y que nos
lleve a un mayor desarrollo.
Pero mientras eso
sucede, tal parece que quienes somos parte de la gloriosa generación X
dejaremos de existir sin ver el éxito para el que fue destinada nuestra raza de
bronce, luego entonces, sirvan estas letras como recordatorio de lo que aún nos
falta por hacer, ya que, de no hacerlo, la vida seguirá, “como siguen las
cosas que no tienen mucho sentido”, dijo el maestro Joaquín Sabina.
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